- Liderazgo Kaizen
- Posts
- La ley del rozamiento emocional: por qué empezar cuesta tanto (y cómo vencer esa maldita inercia)
La ley del rozamiento emocional: por qué empezar cuesta tanto (y cómo vencer esa maldita inercia)
El problema no es la tarea, es el primer paso. Descubre la fricción invisible que sabotea tu acción... y cómo usarla a tu favor.
📖 Todo empezó con un informe… y una excusa
Hace unos 6 o 7 años me encargaron un informe de evaluación de unas 10 páginas.
Algo bastante exigente: había que investigar, analizar, sacar conclusiones con criterio.
Me dieron tres semanas para entregarlo.
Craso error. Me regalaron la excusa perfecta para no empezarlo.
Esta semana tengo otras prioridades.
La que viene me pongo al 100%.
Mejor cuando tenga más claridad mental.
Mentiras piadosas que me tragaba con convicción.
Y como guinda, la segunda semana tuve una pequeña indigestión.
Nada grave, pero perfecta para convencerme de que “mejor cuando esté completamente bien”.
¿Resultado? Te lo puedes imaginar…
Me dediqué a tachar tareas sencillas de mi lista.
Cosas fáciles, inmediatas, sin mucho impacto.
Dopamina rápida en lugar de avanzar con lo importante.
Tres días antes de la entrega, me entraron las prisas (y los sudores fríos)
Dos días antes, tecleaba como un loco.
Y el último día (no exagero), me levanté a las 4:00 para terminarlo.
Lo entregué a tiempo. Pero entre tú y yo… lo pasé fatal.
¿Lo peor? La tarea no era tan horrible.
Solo tenía que haber vencido esa primera resistencia.
Pero no lo hice.
⚙️ La Ley del Rozamiento Emocional
Cuanto más importante o exigente es una tarea, más resistencia emocional genera antes de empezar.
¿Has empujado alguna vez un coche averiado?
Cuesta un huevo al principio.
Y cuando por fin empieza a moverse… ya solo hay que mantener el impulso.
La física nos enseña que el rozamiento estático (el que impide que un objeto empiece a moverse) es mayor que el rozamiento dinámico (el que se opone al movimiento ya iniciado).
Y eso mismo nos pasa con la acción.
Lo difícil no es continuar. Es empezar.
Esta es la esencia de la Ley del Rozamiento Emocional.
Y aquí te la dejo desglosada en sus 4 postulados.

🧠 Los 4 Postulados de la Ley del Rozamiento Emocional
1. Tu mente exagera el esfuerzo inicial
Crees que va a doler más de lo que realmente duele.
Anticipas agotamiento, rechazo, fallo… y decides posponer.
¿Por qué pasa esto?
Tu cerebro busca ahorrar energía.
Cuando anticipa esfuerzo, activa la alerta: mejor hacer otra cosa más fácil.
Pero suele sobreestimar el dolor de empezar. Una vez arrancas, es más fácil seguir.
2. Las tareas que más importan, más asustan
No procrastinas lo irrelevante. Lo que más postergas es lo que más valor tiene.
Porque te expone, porque hay presión, porque podrías fallar.
¿Por qué pasa esto?
Tu sistema emocional interpreta esas tareas como una amenaza.
La amígdala entra en juego y dispara el modo evasión.
Te protege del juicio… pero te aleja del avance.
3. Empezar alivia. Mucho.
Solo con dar el primer paso, el peso afloja.
No necesitas acabar. Solo salir de la inercia.
¿Por qué pasa esto?
Cuando empiezas, la “red por defecto” del cerebro (la que genera pensamientos repetitivos y preocupaciones) se apaga.
Tu foco mejora. Tu mente se centra. Y la tensión cae.
4. El avance libera dopamina
Una checklist con un ✅ ya te motiva a seguir.
Porque progresar es más adictivo que procrastinar.
¿Por qué pasa esto?
Cada mini logro activa el circuito de recompensa.
La dopamina no aparece solo cuando acabas, sino también cuando ves que estás avanzando.
Por eso dividir las tareas es tan poderoso.
🧠 El sesgo de la semana: “Hoy no… mañana”
También llamado sesgo del presente (o como me gusta llamarlo: el sesgo del “hoy no… mañana”).
Es ese truco mental que te convence de que mañana vas a estar más motivado, más lúcido, más centrado…
Y que hoy no es el momento.
¿El problema?
Mañana es otro hoy. Y el ciclo se repite.
Te lo digo, por experiencia…
🛠️ Herramientas Kaizen para enfrentarse al rozamiento emocional
1. Microempuje ridículo
Empieza por una acción que puedas hacer en menos de 2 minutos.
Abrir el documento. Escribir un título. Preparar el material.
Hazlo tan fácil que no puedas decir que no.
2. Ritual de arranque
Crea un pequeño hábito que active tu cerebro:
una frase que te repitas, una canción, una rutina corta que marque el inicio.
Si te sirve de algo, yo uso concaiones como disparadores creativos,
como por ejemplo Nuvole Bianche (Ludovico Einaudi)
3. Descompón en microtareas
No escribas “Hacer informe”. Escribe:
“1. Revisar datos. 2. Redactar introducción. 3. Esquema de análisis…”
Cada ✅ será una palanca emocional que te empuje.
4. Revisión visual de progreso
Ten un lugar (físico o digital) donde marques avances.
No para presumir, sino para recordarte que estás en marcha.
En resumen… La acción vence al miedo, no al revés
La próxima vez que te sorprendas diciéndote
“mejor más tarde”,
recuerda: no es que no estés preparado.
Es que estás atrapado en el punto más duro de la curva de rozamiento.
No necesitas fuerza de voluntad infinita.
Solo un pequeño empujón. Un mini avance. Una señal de que puedes.
Porque una vez empiezas…
el camino se hace más llevadero.
¿Te ha pasado esto últimamente? ¿Tienes alguna tarea ahí, esperando a que la empujes?
Cuéntamelo respondiendo a este correo.
O, si crees que esta ley debería conocerse más, reenvíale esta newsletter a alguien que necesite empezar.
Nos leemos pronto 🚀
— David G Sanz
Reply